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La sonrisa de la Mona Lisa

Iris Borda

Título original: Mona Lisa Smile.
País: Estados Unidos.
Año: 2003.
Dirección: Mike Newell.
Guión: Lawrence Konner & Mark Rosenthal.
Plataforma: Netflix

Vamos a analizar La sonrisa de la Mona Lisa, eso sí, con perspectiva feminista.

Resumen

La acción comienza cuando Katherine Watson (Julia Roberts) llega a la Universidad de Wellesley como profesora de Historia del Arte, en el año 1953. Su intención es ayudar a sus alumnas a pensar por sí mismas y a que aspiren a algo más que a casarse bien. Sin embargo, se topará con que la Universidad es conservadora, y varias de sus alumnas también. Sobre todo una, Betty Warren (Kirsten Dunst), con quien tendrá más de una confrontación.

No os cuento mucho más para tratar de minimizar los spoilers. Porque sí, a partir de aquí habrá alguno que otro spoiler.

Preservativos

Hay una personaje secundario (a la que amo) que es enfermera y lesbiana, y ambas cosas son relevantes para el análisis que quiero hacer. Hablo de Amanda Armstrong (Juliet Stevenson), quien tiene la osadía de proporcionar preservativos a las alumnas de la Universidad. Lo hace sin el consentimiento de la directora, desde luego, pues el contexto es que «usar preservativo equivale a no tener decoro, a ser una fresca». Vamos, que las relaciones sexuales (al menos con penetración) se guardaban para el matrimonio.

Que quien les proporcione preservativos sea una mujer lesbiana me parece interesante.

Como mujer, Amanda está atravesada por el patriarcado y también por las enseñanzas que se imponen junto con la institución de la heterosexualidad obligatoria, pero como lesbiana, Amanda es capaz de alejarse de esta heterosexualidad y hacer un análisis más atrevido. Análisis que, además, lleva a la práctica cuando les da condones a sus alumnas.

Amanda ve los peligros de la penetración para sus alumnas, peligros que los hombres con quienes se acuestan no comparten: el desprestigio social, las enfermedades, la vergüenza y el embarazo. Por eso les da preservativos, para ahorrarles todas esas consecuencias que derivan, de forma directa, de la penetración.

La pregunta aquí es la siguiente: ¿por qué ninguna otra profesora hace este mismo análisis y se arriesga como Amanda?

La heterosexualidad (como institución patriarcal) nos atraviesa a todas. De la primera a la última. Pero nos atraviesa de manera más profunda si somos mujeres heterosexuales, que se relacionan sexo afectivamente con varones. El resto de profesoras son más susceptibles de caer en la trama de creer que las mujeres nacen para casarse, para tener hijos, para amar a un hombre. Y son más susceptibles no porque sean más tontas, sino porque esto apela a su realidad más íntima. Amanda, como lesbiana, está alejada de creer que la vida de una mujer debe girar alrededor del matrimonio con un hombre, porque su misma experiencia le ha enseñado que esto no es así.

Por eso me parece interesante que hayan escogido a la personaje lesbiana para que proporcionase preservativos a sus alumnas. Me parece una decisión acertada.

De esto saco una conclusión más que evidente: las mujeres lesbianas tienen la certeza, porque la viven, de que la heterosexualidad, y todo lo que implica, no es el destino natural para las mujeres.

Bill Dunbar

El personaje de Bill Dunbar (Dominic West) os caería fatal a más de una. Para empezar, se acuesta con sus alumnas. Son alumnas universitarias, así que son mayores de edad, pero la relación asimétrica de poder, por no hablar de la diferencia de edad, es considerable. (Para mayor cliché, es el profesor de italiano.)

Pero no quiero analizar a este personaje, sino a la protagonista, Katherine Watson, quien acaba teniendo una relación romántica con él. Para mi inmenso disgusto.

Katherine sabe que Bill se acostaba con alumnas (todo el mundo lo sabe, al parecer, pero ahí sigue el tío, dando clase) y, al principio de la película, parece que no lo aprueba. Sin embargo, cuando se enrola con él, la cosa cambia. Ella le pide que no esté con alumnas mientras también está con ella, pero no usa ningún argumento feminista, todo lo contrario.

«No quiero estar en clase y preguntarme por qué la chica de la tercera fila usa mi perfume».

En otras palabras: Katherine, la profesora que la película nos presenta como feminista, le pide a Bill que no se acueste con sus alumnas por celos.

Mal, muy mal. Aquí ya nos queda claro que Katherine Watson es progresista, mucho más que las personas de su entorno, pero feminista, feminista… igual no.

El mito de la libre elección

Esta subtrama es, con diferencia, mi favorita de toda la película. No sé si está hecho a propósito, o la película pretendía vendernos en serio la libre elección de Joan Brandwyn (Julia Stiles). Sea como sea, no lo consiguen.

Con la ayuda y el apoyo de la profesora Katherine Watson, la alumna Joan consigue que la Universidad de Yale acepte su solicitud para estudiar derecho. ¿Qué sucede? Que se casa, y a su marido le dan un trabajo al otro lado del país.

Entonces Katherine, ni corta ni perezosa (hay que reconocerle que es persistente), investiga en qué otras Universidades podría Joan estudiar derecho, cercanas al lugar donde se mudará Joan con su marido.

Aquí hay que hacer una breve pausa. Katherine se entera de que Joan se mudará lejos de Yale porque se lo dice su reciente marido. Concretamente, le da las gracias a la profesora porque a Joan «siempre le quedará haber sido aceptada en Yale». El chico deja claro que Joan nunca estudiará, la misma idea parece hacerle gracia.

Cuando Katherine se persona en casa de Joan para decirle todas las Universidades cercanas a su nueva casa en las que podría estudiar, Joan le dice que no estudiará. Y añade que sabe que su marido la hubiese apoyado, pero que no quiere estudiar, que es su decisión. Y todavía añade algo más cuando ve que Katherine va a insistir. Le dice que ella les enseñó que las mujeres pueden elegir lo que quieran, y que ella elige eso (casarse y no seguir estudiando).

La reacción de Katherine es muy poderosa. Se limita a abrazarla y a desearle que sea feliz. Porque ¿qué más puede hacer? (Si veis la película, me encantaría saber qué opináis de este punto.)

A lo que voy es que, para el espectador, queda claro que allí no hay ninguna elección libre por parte de Joan. No se dice de forma explícita, pero el contexto lo muestra sin error.

Conclusiones

Hay otras muchas cosas que podríamos analizar de esta película, como la subtrama de Betty Warren (Kristen Dunst), pero estos tres puntos son los que me parecían más relevantes.

¿Habéis visto la película? ¿Qué os ha parecido?

 

8 comentarios en «La sonrisa de la Mona Lisa»

  1. Sí, el momento del abrazo es tremendo… y q se líe con el profesor pederasta a mi me pareció una trama totalmente metida con clazador, ninguna mujer con los dedos de frente q se supone q este personaje tiene, podría mirar a ese señor con menos que asco y desprecio. No cuela.

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    • Yo no estoy de acuerdo. Considero que la vida es compleja y una cae constantemente en los lugares dónde nos quieren. La atracción no es algo puramente racional, está atravesada por muchas cosas, a veces el feminismo pesa lo suficiente y algo machista no nos atrae pero a veces sí. Ser feminista, para mi, o tener ciertas ideas en general, no te impide caer en actitudes y comportamientos machistas o que una desaprueba, solo empuja hacia el otro lado. Me molesta que la película haya optado por esa visión pero no creo que esté agregado con calzador, me parece sumamente realista

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  2. No vi esta película, pero me gustan los tres puntos que has analizado.

    Por una parte, el tema de usar una lesbiana para cuidar a las estudiantes de los hombres (usando preservativos ya ves…) me parece muy acertado, dando a entender que no hay manera de huir de lo que quieren hacer los hombres y que son «malos» por naturaleza. Al igual que la reflexión que hiciste otro día vía IG, que los padres quieren «cuidar» a sus hijas de los hombres, sabiendo que son malos por «naturaleza», me alucina ese tema, siendo hombre yo mismo.

    Con el tema de Bill y Katherine, también podría ser otra crítica si lo piensas bien. Bill hace una cosa mala, acostarse con alumnas por poder, Katherine con el poder del amor quiere cambiarle. Como siempre, las mujeres no puede permitir que los hombres se descarrien y por el amor que sienten hacia ellos deben encarrilarlo, ayudarlo a fin de cuentas, ser el sustento de ese hombre para que tome la buena senda. Al final haciendo uso del amor romántico, a parte de ganar más dinero por tener más espectadoras, deja patente que las mujeres aunque sean protagonistas deben buscar a ese hombre al que ayudar y sustentar. Siendo una película de 2003 tenía que caer en estos clichés.

    La libre elección de Joan está ahí, al igual que lo de Katherine, su principal labor es sustentar al hombre por lo tanto sigue siendo una crítica a esa sociedad que queremos destruir, la mujer siempre ayudando al hombre.

    Muchas gracias por este ratito leyéndote y sigue así!! 💪🏼💪🏼💪🏼

    Un saludo!

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  3. Es fantástico este análisis. El tema de que ella empiece una relación con el profesor creo que no habría sucedido si la película fuese algo más reciente, la verdad es que no pega y te saca un poco de la trama. Me da la sensación de que está metido con calzador para “equilibrar la balanza” y no ser señalada como película feminista.

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    • La parte buena de esa subtrama es que lo termina dejando por mentiroso. Osea, en cuanto él le falla a ella directamente (ya no es que se acueste con sus alumnas, es que le ha mentido a ella), ella reacciona y le deja. Y eso OK. Super OK.

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