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Análisis de mi primera novela (parte 1)

Iris Borda

Esto es un análisis de mi primera novela. No es un análisis aburrido y literario, sino algo fresco, con un claro foco en la figura de la mujer y desde una perspectiva feminista. Veamos qué hice bien, qué hice mal y que hice fatal, y aprendamos de ello.

Antes de comenzar, os presento la novela. Se titula «El Ojo de Meriadoc», y es un horror. La escribí hace unas dos décadas (he mejorado un poco desde entonces), pero le tengo un cariño infinito. Fue una labor titánica acabar una novela tan joven.

Podéis comprarla por 4 € aquí. Mi consejo es que no os la compréis. No solo porque es mala, sino porque yo no veo nada de ese dinero. La subí a internet unos años después de terminarla, y no tenía ni la menor idea de lo que hacía, así que no sé adónde va ese dinero, ni quién se lo queda. Lo único que sé es que a mí no me llega.

Seudónimo

Publiqué ese libro con un seudónimo (y estoy siendo muy generosa al llamar publicar a subir un texto a internet y que no te llegue un duro). La cosa es que fue con un seudónimo masculino, ¡fíjate cómo cambian las cosas!

Timothy (Leonard) William. De hecho, hasta varios amigos míos que llamaban Tim. El nombre venía de Tim Burton y de Gary (Leonard) Oldman, dos señores a los que les guardo poco cariño hoy en día (sobre todo al último).

Pero lo destacable no es que admirase a Burton y a Oldman, lo destacable es que usase un seudónimo masculino. Cabe preguntarse por qué. ¿Por qué una niña, en plenos años 2000, se esconde tras una identidad masculina? La respuesta es bien simple: por falta de referentes. Estaba Joanne Rowling, desde luego, pero era una excepción. Y con esa idea crecí, yo y tantas otras niñas: la fantasía la escriben los hombres, la protagonizan los hombres y la leen los hombres. Es decir: la fantasía es cosa de hombres.

Como señalaba Ursula K. Le Guin en su conjunto de ensayos «Contar es escuchar», si yo escribía fantasía y solo los hombres escribían fantasía, la conclusión lógica era pensar que yo era un hombre. En concreto, uno llamado Timothy William.

Con los años he aprendido muchas cosas, entre ellas que mi nombre no hace falta esconderlo, y mi sexo tampoco, y he descubierto que me hace inmensamente feliz firmar mis libros como Iris Borda, que es quien soy.

¡Imaginad la importancia de tener referentas!

Los chicos son los portas

Algo muy típico (tan típico que es un tópico) en las novelas de fantasía es añadir una pequeña introducción, donde se presenta la magia, el problema o el mundo.

Bueno, El Ojo de Meriadoc tiene su introducción (de hecho, tiene tres introducciones). En ella podemos ver que los habitantes de un mundo mágico están esperando a EL ELEGIDO (otro cliché).

EODM el elegido

Aquí llega el primer plot twist del libro: no hay ningún elegido, es UNA ELEGIDA. Una chica.

Pero no contenta con este giro, decidí mostrar en la novela, de forma explícita, que a Izel, uno de los protagonistas, le molestaba que el elegido fuese una mujer. No le despertaba confianza porque, claro, todo el mundo sabe que las mujeres son peores guerreras que los hombres. ¿O no?

EODM una chica

Merenwen Tinúviel significa, en la lengua que inventé para esta novela, «una chica».

El chico, Izel, queda retratado como un tipo histérico, que se pone como los demonios por una memez, como que el elegido sea una mujer. ¿Qué importa? ¿Por qué se enfada tanto? Esta es la forma que encontré de retratar lo absurda que me parecía, ya por aquél entonces, la misoginia.

Hay otros momentos en los que Izel vuelve a mostrar su sorpresa sobre este punto:

EODM elegida

La soberbia del chaval no tiene límites, pero hay otra cosa interesante. Cuando ve que Nana está sorprendida por ser la elegida, da por supuesto que es porque es una mujer. Nana, evidentemente, está sorprendida por otros motivos (como por ser la elegida en un mundo de fantasía que no conocía hasta hace menos de una semana), pero Izel proyecta en ella sus pensamientos. ¿Qué es lo interesante de esto? Que Izel cree que un chico no se sorprendería por ser el elegido, porque en el patriarcado, los chicos son siempre los elegidos, en todos lados, todo el tiempo. Y no hablo de ficción.

La descripción. ¿Nana es guapa?

La descripción de una chica protagonista puede ser un tema peliagudo. ¿Cómo la describimos? ¿La mostramos atractiva, que es como se espera que sean las mujeres, sobre todo las mujeres protagonistas?

Por lo visto, eso no me convenció, así que opté por describirla a través de su ropa:

EODM ropa Nana

¿Sabéis de quien sí tuve la idea de decir si era o no guapo? Exacto, del chico.

EODM atractivo

Esto es relevante por el cuándo sucede. A Izel ya se le ha descrito antes, de forma objetiva. Sabemos su color da cabello, de ojos, su estatura y las ropas que lleva, pero no es hasta que Nana lo ve por primera vez que la narración dice que es atractivo. Podemos deducir, por tanto, que es atractivo para Nana. Y dado que a Nana no se la describe como atractiva para la mirada de Izel, queda ella colocada en una posición de sujeto con deseo, y no de objeto deseado.

¿Me habrán secuestrado?

Todas (las de mi quinta) crecimos con películas de mierda, al estilo La Bella y la Bestia, donde un tipo secuestraba a una muchacha, y esta acababa perdidamente enamorada de  él. Por suerte para mí, siempre he odiado esas películas.

Mi opinión estaba dividida entre qué boba es esa chica, ¿por qué ponen de protagonista a una chica tan boba? ninguna chica es tan tonta. Como fuese, no eran tramas que me gustasen.

En la fantasía sucede algo similar. Muchas veces, los héroes (suelen ser ellos) son transportados a otros mundos o lugares, y suelen reaccionar con entusiasmo y confianza. Nana no es así.

Se despierta en un mundo nuevo. Cerca de ella solo hay dos personajes, un chico, Izel, y un duende, Glewan. ¿Se fía de ellos? Para nada. Cree que son sus secuestradores y se pasa varios días vigilándolos de cerca antes de dejar que la vean. Lo cual es, en mi opinión, el comportamiento más sensato.

EODM secuestradores

Porque sí, querido Disney, las muchachas podemos ser sensatas.

Ellos hablan más, y mejor

Ellos hablan más, son más graciosos, más ocurrentes, dicen cosas más interesantes. Ellos hablan mejor. También en la literatura. Y eso siempre me ha fastidiado.

Como la niña novata que era cuando escribí esta novela, quería plasmar un máximo de realismo en mis personajes, y eso me llevó a retratar la figura del hombre estar patriarcal de forma bastante acertada. Por ejemplo, Izel habla sin parar, dando por supuesto que Nana tiene ganas de escucharle, que todo lo que dice es interesante, que puede elegir siempre los temas de conversación, que sus intereses particulares son universales, y que lo que tiene que decir es prioritario a lo que tiene que decir Nana.

EODM hablar

Imaginad el cuadro: él hablando sobre hombres lobos y ella queriendo saber por qué está, de golpe, en un mundo diferente.

Lo pequeño, lo delicado, lo discreto… para ellas

A nosotras nos toca blandir las armas menos letales, tener las casas más limpias, usar la ropa más bonita, montar los caballos más pequeños, etcétera. Y eso es precisamente lo que le sucede a Nana, que Izel se queda con el caballo más grande, sin preguntar, y le entrega a ella el pequeño. Porque es una chica.

¿Creéis que a Nana le hace gracia?

EODM caballo

Esto se traslada fuera de la literatura. ¿Los juegos a los que juegan las niñas? Menos violentos, más limpios, más ordenados y tranquilos. Tanto en el parque como en las consolas. No digo, desde luego, que debamos potenciar que las niñas jueguen a videojuegos violentos, solo remarco que esta diferencia existe, y es sexista.

Las armas de mujer

¿Cuáles son las armas de mujer? La fuerza física seguro que no. Nos han repetido esta idea hasta la saciedad. Las mujeres no tenemos fuerza, no sabemos pelear, pegamos como una niña.

EODM pelea

Nana no sabe pelear, pero Izel tampoco. Si bien, lo interesante de este trozo es que Nana no teme usar su cuerpo y su fuerza, todo lo contrario. A lo largo de la novela recurrirá a ellos en distintas ocasiones.

Ni guapa, ni niña, ni morena. ¡Tengo nombre!

Sorpresa: las mujeres tenemos nombre.

EODM nombre

Que Nana se enfade cuando le llama niña va más allá de lo pedante que es Izel, y de la falta de respeto que supone ese comentario.

Nana reivindica ser nombrada. A las mujeres se nos silencia y se nos oculta desde hace demasiado, también a través del lenguaje. Cuando llega a Ëhelien, esta nuevo mundo, a Nana se le niega ser nombrada como la elegida a pesar de serlo. Sino que se la nombra como la elegida a pesar de ser chica.

Pero no parece que Nana tenga intención alguna de quedarse callada.

Ni odiar mujeres,  ni cumplir expectativas

EODM nada

Me encanta este diálogo. Nana ha llegado a un mundo de fantasía y se le informa que debe cumplir con una misión, que consiste en luchar contra una mujer. Se niega. No tanto por feminismo o sonoridad, sino porque no concibe tener que hacerse responsable de una lucha que no conoce. Está dispuesta a defraudar con las expectativas que se tienen sobre ella, a marcar límites, a decir no.

 

¿Os interesa la segunda parte?

4 comentarios en «Análisis de mi primera novela (parte 1)»

  1. La verdad es que me ha caído genial Nana! Creo que la mayoría de mujeres nos podemos identificar con ella…sobre todo en eso de ser sensatas y no tener el síndrome de «la Bella». Tengo ganas de una segunda parte!

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